martes, 13 de julio de 2010

MARATÓN DE ASTURIAS-MARANALÓN 06-06-2010

Con algo de retraso, colgamos ya por fin la crónica de la edición de este año del Maratón de Asturias, el Maranalón. Que en esta edición recuperaba el trazado original, partiendo de Campo de Caso y finalizando en Sama.
Galgalugones, como viene siendo habitual estos últimos años, estuvo presente en la prueba, esta vez representado por dos corredores. Uno de los “veteranos”: Michi, que escribe estas líneas, y la última incorporación al club, que debutaba como galga en una competición: Valentín.

Tras un par de meses de preparación y cargados de ilusión, hacia Sama partimos la mañana del 6 de junio para afrontar los 42 km. Una vez allí, y después de saludar a algunos amigos del foro de correrasturias, nos subimos al autocar que nos acercó hasta la salida. Ya en Campo de Caso y tras saludar al resto de corredores del foro que nos ibámos encontrando y hacer la foto de rigor, comenzamos poco a poco a calentar y templar los nervios lo más posible ante el inminente pistoletazo de salida.
Nuestra idea era clara, hacer un grupo y tratar de rodar a ritmos de 4:50 más o menos buscando un tiempo final cercano a 3:25. Y con esa idea salimos.
Tuvimos la gran suerte de formar ya de salida con un buen grupo de corredores, la mayoría foreros y buenos amigos: Belgarión, Trankos, Gustavo, Marta, Krlos Davidsg_89 y otros compañeros. Esa buena compañía hizo posible que los kilómetros fueran pasando en medio de un ambiente inmejorable, con Valentín y David casi siempre en cabeza marcando el ritmo.

Sin apenas incidencias y disfrutando como nunca del bello paisaje llegamos a los 21 km que marcaban la media maratón. El reloj marcaba 1:42:30 en ese momento. Muy justo para conseguir los 3:25 en meta, pero la ilusión seguía intacta porque las sensaciones eran muy buenas. Ya en ese punto se nos habían unido desde hacía dos kilómetros Victor y Angel para acompañar a Valentín y poco después fueron otros dos galgas, Michel y Alonso quienes también se nos unieron para darnos su apoyo en los km que quedaban.
Las sensaciones eran buenas, las liebres dieron vidilla al grupo y nos ayudaban y protegían del aire.
Poco a poco y con el paso de los km, sobre todo a partir del 28 con una pequeña subida, el grupo fue perdiendo su cohesión y comenzando a desgranarse paulatinamente. A esas alturas de carrera yo me encontraba fuerte y confiado, iba bien arropado por Michel y Alonso y todo parecía ir perfectamente. Pero sólo lo parecía. Sobre el km 33 me doy cuenta de que Valentín ya no está en el grupo, se quedó rezagado con otros corredores, yo sigo hacia adelante con otros pocos que quedamos, pero no les acompaño demasiado tiempo. Apenas un par de km después empiezo a encontrarme cansado y a notar que las piernas no van. Pierdo contacto y me quedo atrás, siempre acompañado de Michel y Alonso. Poco a poco mi ritmo va decreciendo, llevo margen para hacer 3:25 pero cada vez más justo. Llego al 36 y voy cada vez peor, ya no pienso en 3:25, si acaso 3:30 y gracias. En el 38 ya no pienso en nada que no sea que acabe esa agonía. Me duele todo y me encuentro fatal, me pilló el señor del mazo con todo el equipo. Y a partir de ahí hasta meta se hace eterno, caminar… trotar… caminar… trotar… mientras me animan incansablemente Alonso y Michel a que tire para adelante, más otros amigos que por ahí andaban, Pacocincor, Pacoenlaze, Celso, Chema..
Por detrás, Valentín avanzaba con algunos problemas desde esa pequeña subida del km 28 con la que no contaba. Y dichos problemas se fueron agravando hasta el km 35 donde tuvo un fuerte pajarón que a punto estuvo de hacerle parar a caminar. Fue vital la compañía en esos momentos de Victor y Angel para animarle a seguir y no tirar la toalla. Poco a poco, y con bastante sufrimiento, consiguió ir manteniendo un ritmo constante con el único objetivo ya de llegar.
Ya casi en el km 40 me alcanza Valentín con sus dos escuderos. Va tan fundido como yo, pero con la diferencia de que él mantiene el ritmo como puede y yo camino en esos momentos. Intento seguirle el paso pero apenas 200 metros después tengo que volver a parar y seguir caminando. Tras coger aliento vuelvo a arrancar nuevamente y a duras penas voy descontando los metros finales hasta por fin divisar la línea de meta. En esos momentos parecen desaparecer todos los dolores y el cansancio y aprieto para entrar casi esprintando.
Estaba hecho, se acaba la agonía y me fundo en un abrazo con Valentín tras la línea de meta.
Al final terminamos casi juntos, Valentín en el puesto 73 y yo en el 74 de un total de 125 corredores. Con unos tiempos de 3:33:07 y 3:33:13 respectivamente.

No conseguimos el objetivo de 3:25, pero eso es lo de menos. Importa que hemos acabado una más y los buenos momentos pasados, tanto en la preparación de la prueba como en la misma carrera. Y sobre todo poder pasar el día con gente tan buena gente. Muchos que ya conocíamos y nuevos amigos que conocimos ese día y con quienes esperamos volver a coincidir en las carreras.

Agradecer desde aquí a todos los que os acercasteis a ayudarnos dando apoyo y animando a pie de carretera y en bici. A quienes nos acompañasteis en carrera sufriendo a nuestro lado (sois unos fenómenos todos/as). Y un agradecimiento especial a nuestras liebres particulares, Victor y Angel (Valentín) y los galgas Michel y Alonso (Michi).

Las fotos, inmejorables como siempre son por cortesía de nuestro gran amigo Rodrigo. Que inmortaliza como nadie las emociones.

Saludos a todos.

Michi