Mañana fría, menos mal que no llovía, aunque estaba claro que había llovido el día anterior, de eso no había duda viendo el estado del recorrido.
A la hora de la salida, ahí estábamos en los carriles un puñado de atletas. Yo estaba como un flanin, seria por mi periodo de inactividad. Ya en ese momento los organizadores pidieron máxima prudencia por el peligroso estado del terreno. Y así fue, hubo muchas caídas y el tuvo hasta que intervenir varias veces el helicóptero.
La salida fue rápida y pronto empezaba el desnivel. Era duro e intenso, así poco a poco íbamos avanzando, zancada a zancada hasta coronar el Benzúa. Para a continuación afrontar una rápida bajada hasta río caliente y vuelta a subir por los mismos pasos. Ahí las piernas ya no eran las mismas, pero aun así coronamos para continuar con la vertiginosa bajada hasta meta, donde como siempre nuestra afición nos aclamaban como héroes. Muy buena organización y una gran espicha posterior. Un 10 para la afición que nunca abandona, y un 10 para los cuatro jinetes de las peñas que airean el nombre de Lugones allí por donde pisan.
Fotos por cortesía de Seve y Carmen
Toño
